Man on the moon es el tìtulo de una excelente canciòn de REM y tambièn me recuerda a un personaje entrañabñe de la unidà, si bien nunca aprendiò a reconocerme.
Pasaba las tardes enteras en la explanada, paseando sin descando de un lado a otro. Sòlo salìa de la rutina cuando se iba a la tienda a comprar cigarros. Casi siempre metido en su propio mundo, algunas veces salìa de èl para platicar con los vecinos sobre lo bueno que era que los coches tuvieran llantas redondas, pues si fueran cuadradas serìa muy difìcil conducirlos; o que tenìa unos amigos de Mercurio (el planeta, no el grupo musical aclaraba èl) que vendìan suèteres.
La leyenda dice que èl era normal y muy guapo, pero que cuando adolescente una vecina conocida por iniciar en las artes amatorias a todos los pubertos, se lo llevò a Acapulco de fin de semana y regresò asì. Entre dimensiones desconocidas para los demàs mortales.
Muriò el año pasado. Ahora la explanada, sin importar que tan llena estè, siempre se sentirà un poco vacìa.
lunes, 15 de febrero de 2010
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