Justo unos días después de poner la entrada anterior, por ahí de las 9 y media de la noche, empiezan los timbrazos que avisan que hay junta. Y ahí parados mientras una fulana, la que llamó a junta comienza a hablar: "Hay un problema con los estacionamientos y es que una "señora" tiene unas motos metidas allì pero no las podemos sacar porque dice que si lo hacemos nos demanda, es alguien que tiene un viejo litigio con la unidá..."
Por supuesto que todos sabíamos, aunque no dijera nombres, que se refería al coco de los edificios, la Licenciada.
Y justo a medio speech, entre la gente, da un paso al frente la lic. en persona:
"Perdón pero no te permito que me digas "esa señora" en tono despectivo mi nombre es tal y no tengo un "viejo litigio" con la Unidad, tuve una demanda y ahora tengo una sentencia...a mi favor".
Se adelanta Mila, una mujer de edad mediana gigantesca: "bueno, es que no sabíamos cómo estaba la cosa con eso".
Y se sigue la aludida "Cómo no, Mila? si te demandé a ti y a todos los miembros de la junta,no? y cuál fue el resultado?"
"-Nos ganaste"
he aquí un pequeño resúmen, algunas áreas comunes fueron convertidas en estacionamientos para rentarlos y usar el dinero para arreglos de los edificios. Bueno, tuvieron los mismos dueños por años hasta que a alguien se le ocurrió rifarlos una vez al año, la idea, claro, vino de un vecino que moría por poder estacionar adentro; todo el mundo se salió sin protestar menos la licenciada que dijo que tenía recibos de años de estar allí y que por antigüedad y por ser buen "cliente" a falta del término legal, nadie tenía derecho a sacarla, hasta donde se, fue presionada, vituperada, y amenazada por varios maridos de señoras gritonas (ella es una mujer sola), entonces los demandó a t-o-d-o-s. Fue un parteaguas en la historia de la unidá, donde todo se resolvía a gritos, trompadas y empujones, alguien se arevió a tomar la vía legal!
Según dijo en la junta la licenciada, la sentencia decía que ella tenía derecho a quedarse en el lugar del que nunca salió, pero como los demás sí se habían salido y eran áreas comunes, habían perdido sus derechos sobre los lugares, y como no eran oficialmente estacionamientos, pues no podían ser usados de esa forma de nuevo.
Que pasado un tiempo, su archinémesis (bueno, no la llamó así), la señora Carmen le había pedido permiso de volver a usar esos sitios de estacionamiento porque hacia falta dinero para hacer arreglos y que le había dicho que sí, siempre y cuando no se volviera a ocupar el que a ella le correspondía (hace años que tiene sus coches en lugares particulares)y le dijo a Carmen "o miento señora?" Carmen sólo atinó a bajar la cabeza.
Luego le preguntó a la que organizó la junta que porqué no se había informado bien y que quién le había dado datos tan mal, la ñora rápidamente apuntó a la mayor de las hijas de la familia Ángeles: "Africa me dijo que habías dicho que nos ibas a demandar si sacabamos esas motos de tus lugares de estacionamiento aunque ahora para entrar tiene uno que traer un pendón oficial y esos dos vehículos no lo tienen".
Y ahí salió el peine, las motos en el lugar de la señora Licenciada son de Africa y fue y armo la junta con chismes sobre la misma persona que le estaba haciendo el favor para que no la sacaran, sin importar el embarrar una mano amiga.
La Licenciada dijo "yo le dije a Africa el fin de semana que yo no quería problemas y que la siguiente vez que salieran las motos no las iban a dejar entrar, ella repuso que no había problema que Carmen le había dado permiso de entrar, yo le dije que quién era esa mujer en dar permiso sobre quien entra o no a una propiedad que me pertenece, pero definitivamente nunca dije que iba a demandar y menos por algo que no es mi problerma, quieren las motos fuera? yo también!"
Agregó "alguien más tiene algún problema, duda o aclñaración? mi nombre es tal, vivo en talñ departamento y este es mi número de telefono. dudas?
Nadie, ni Africa para aclarar su nombre o Carmen para salvar la cara dijo nada.
"Bueno, pues me voy, porque no tengo tiempo para chismes y tengo cosas que hacer en casa". Y dejó a todo el mundo ahí parado, nunca gritó, no dijo groserías, no se fue a los golpes y confrontó directamente a unas con lo que habían dicho las otras.
Fue como escuchar el cierre de un juicio en la ley y el Orden.
y aprendimos a defendernos del ataque de las arpías de la junta vecinal, con palabras y de frente, ya vimos que ladran, pero no muerden.
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